Daniel, Gabriel y Adrià son los socorristas de la Creu Roja de la playa de La Mora de Tarragona. Gabriel es el más veterano, tiene 27 años y lleva desde los 18 trabajando como socorrista. Adrià y Daniel llevan dos y tres años, respectivamente, en la Creu Roja. Este pequeño equipo tiene como rutina la seguridad y cuidado de todos los visitantes de esta playa. Su trabajo tiene múltiples funciones, desde informar del estado del mar a los bañistas hasta ayudar a que un niño con silla de ruedas pueda disfrutar de un baño en el agua sin problemas.
La bandera azul que corona la playa de La Mora refleja su nivel de calidad y la exigencia de una serie de servicios, como proporcionar muletas o la silla anfibia a aquellas personas que las necesiten. Esta peculiar silla está adaptada a la arena y al agua para que las personas minusválidas puedan ir por la orilla y disfrutar de un buen baño como el resto. El socorrista ayuda a la persona que lo necesite a colocarse y también a desplazar la silla por el agua. «Ver sonreír a una persona con silla de ruedas disfrutando del agua con tu ayuda y que te dé las gracias es lo único que necesito para levantarme al día siguiente y seguir queriendo ir a trabajar», comenta Gabriel. Aunque el agradecimiento no es algo muy habitual. «A veces cuando sacas del agua a alguien en peligro después que le hayas advertido varias veces, la única respuesta que recibes es la indiferencia o una incomprensible indignación», explica Daniel.